El caso ocurrió en abril del 2024. A un año del hecho, la Policía logró atrapar a uno de los implicados, que estaba prófugo. La Interpol lo ubicó en la ciudad de Illimo.
El fiscal a cargo de la investigación, Germán Vera Tapia, consideró que hay pruebas suficientes para comprobar que el médico “desatendió síntomas” de una infección postoperatoria, que derivó en la muerte de la víctima.